En Girona, coaching para las familias
Los padres somos el ejemplo para nuestros hijos. Las 24 horas del día y ¡365 días al año! Especialmente hasta los 18 años.
Durante la adolescencia, los hijos están en pleno proceso de maduración, de tomar decisiones trascendentales en su vida; además están pasando por el cambio hormonal; su cerebro seguirá desarrollándose hasta los 24 años. Y los padres seguimos siendo el ejemplo para los hijos, sin embargo los amigos pasan a tener un papel muy relevante.
Los jóvenes necesitan estos amigos pues les dan un sentido de pertenencia al grupo y un sentido de reconocimiento. Los padres debemos entender estas necesidades y respetarlas. Pero a veces las amistades de nuestros hijos no son de nuestro agrado. Creo que ir directamente en contra suya no nos ayuda para nada, pues el efecto es el contrario: aún los defienden más y empeoramos las relaciones familiares.
Creo que es más efectivo generar un buen diálogo con los hijos para que ellos ganen confianza en si mismos. Esta confianza será lo que les dará la fuerza para decir Si o NO a según que personas.
¿Y cómo generamos este diálogo? Primero de todo escuchando. Escuchando con todos los sentidos y consiguiendo que el hijo adolescente se sienta escuchado de verdad. ¿Nos damos cuenta cuándo nuestro hijo se siente escuchado de verdad?
Los pequeños cambios que los padres realizamos en la relación con los hijos generan cambios muy valiosos en estos adolescentes y de esta manera, poco a poco los vamos acompañando a que crean en si mismos y a tomar las decisiones que ellos deciden, no las decisiones que vienen impuestas por los demás.
El gran reto como padres puede ser aprender a escuchar de verdad, a estar presentes en el momento oportuno. Cuando empezamos a actuar así, empiezan a pasar cosas nuevas y positivas. Os deseo conversaciones interesantes.
Foto: pixabay
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