SUPERVISIÓN PARA LOS SERVICIOS SOCIALES, ¿POR QUÉ?
Los Servicios sociales están teniendo un papel importantísimo en la situación actual y a pesar de esto no les damos la visibilidad y el reconocimiento que se merecen.
Son la entidad que está al servicio del ciudadano para nuestras necesidades más básicas: comer, disponer de un techo, atención a la infancia y la adolescencia, acompañamiento en situaciones difíciles como el maltrato, etc. Actualmente, dada la situación social, económica y política, las personas que trabajan en Servicios Sociales están recibiendo un nivel muy elevado de ansiedad, miedos , angustias por parte de la sociedad. El trabajo de acoger y acompañar al ciudadano tiene un impacto en la persona que realiza el trabajo social y aquí es donde aparece el porqué de la Super-Visión.
Cuando oímos la palabra Supervisión la asociamos a control, a evaluación, a una relación de autoridad de una persona hacia otras personas para “repasar el trabajo hecho”. Sin embargo, la Supervisión tiene otro significado y finalidad. La Super-Visión es la práctica reflexiva, realizada individualmente o en grupo para seguir creciendo profesionalmente y poder llevar a cabo un excelente trabajo. Es realizar una super o meta visión a la profesión.
La Supervisión es como afinar un instrumento; el músico necesita cuidar y afinar su instrumento día a día, sino no podrá crear buena música. Las personas que trabajan en Servicios Sociales necesitan ser y estar presentes en su trabajo, necesitan cuidar su propio bienestar mental para poder realizar este servicio desde la presencia, la empatía, la autenticidad. Por eso es tan importante que haya un equilibrio entre el dar (el servicio de atender al ciudadano en sus dificultades y preocupaciones) y el recibir (cuidarse para no llevarse los problemas a su casa). Si perdemos este equilibrio durante un tiempo largo podemos llegar al burn-out.
La Supervisión proporciona un espacio seguro para parar, observar y reflexionar sobre el trabajo realizado, sobre la propia experiencia en relación con la otra persona. Es una manera de aprender, de entender y de darnos cuenta de lo que está ocurriendo. Gracias a la reflexión y al pensamiento crítico creamos opciones válidas para seguir mejorando en el trabajo. Es la oportunidad de conectar con la esencia de quien somos como ser humano y de ampliar nuestra consciencia. Es examinar nuestras creencias y suposiciones y cuestionarlas. Es un espacio de empatía, de no juzgar para ver los hechos desde otra perspectiva, con la intención de comprender y no de tener razón.
Es un espacio para hablar desde el corazón, desde la parte vulnerable, sabiendo que los otros comprenden y no buscan cambiarte, ni atraparte y convencerte, es un espacio para hablar de las frustraciones, dolores, ideas, culpas, etc… donde las diferencias están permitidas.
¿Cómo podemos cuidar a los demás si primero no nos cuidamos a nosotros mismos?
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